Un análisis del director de la Escuela nacional sindical
Foto: archivo Vanguardia.com
En el 2015 conmemoramos un Primero de Mayo caracterizado por un número de conflictos laborales que no se registraba hacia muchos años.
Trabajadores petroleros organizados en la Unión Sindical Obrera resisten a los despidos de personal y ataques a los derechos de libertad sindical, en Cerromatoso los trabajadores expresan su rechazo mediante una huelga a la violación de la convención colectiva y la imposición de jornadas laborales abusivas, los trabajadores del Estado presentaron a finales de febrero un pliego marco nacional, cuatro pliegos sectoriales y 400 pliegos de solicitudes a entidades públicas y territoriales. Hoy existe una movilización nacional de los empleados públicos, pero de manera particular, y con mucha fortaleza, la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación – FECODE, adelanta un paro nacional del magisterio colombiano .
Estos conflictos sociales de origen laboral no han sido tratados por el Estado y los empresarios con el respeto y diligencia que merecen, al contrario, arrogancia, autoritarismo, y descalificación de estas acciones colectivas legítimas y legales sociales ha sido la respuesta a las peticiones y propuestas de los trabajadores.
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